Las batallitas de Jesús Alonso (VIII)
(Colaborador de MicroHobby y
autor del libro "Curso de Código Máquina")
 

Hola a todos,

 Soy un desastre recordando fechas, nombres y cosas concretas, pero creo que eso no importa. Corría el año ochenta y tantos (81, 82 por ahí, no me acuerdo). Yo tenía veintipocos años y ya vivía con mi mujer, aunque aún no me había casado. Siempre había sido aficionado a la electrónica y me llamaba la atención eso de la informática. Me gustaba sobre todo la electrónica digital y me daba la impresión de que un microprocesador debía ser algo interesante.

Por aquel entonces, un PC valía casi un millón de pelas y lo único asequible era un Spectrum que acababa de salir al mercado y valía unas 40.000. Pero eso era casi lo que yo ganaba en un mes y no andábamos muy boyantes porque mi mujer aún no trabajaba y teníamos que vivir solo de mi sueldo. Teníamos ahorradas 20.000 pelas, pero necesitaba otras 20.000. Debo decir aquí que ella nunca me puso pegas para que me gastara lo que hiciera falta en esto, incluso, andado el tiempo, ella misma tuvo una participación bastante activa en el mundo del Spectrum, aunque eso es otra historia (ver la batallita del Disciple).

El caso es que necesitaba 20.000 pelas. Por aquel entonces, yo era bastante manitas, me hacía mis muebles y demás (la necesidad obliga). Un compañero de trabajo me comentó que necesitaba un mueble a medida para el cuarto de su hija y que estaba negro porque le pedían una pasta por hacérselo. Yo le dije que se lo hacía por 20.000 pelas más los materiales. El tío encantado. Me pasé un fin de semana entero en casa haciéndole el mueble y sobre todo, barnizándoselo. Quería que quedara perfecto. Cuando el lunes fui a su casa a montárselo, su mujer alucinaba, decía que estaba tan bien barnizado que desentonaba con el resto de los muebles de la habitación. Quería que se los barnizara todos. Le dije que lo sentía, que no tenía tiempo (ya había conseguido mis 20.000 pelas y no tenía tiempo que perder). Nunca en mi vida he vuelto a dejar un mueble tan bien barnizado.

El viernes de esa misma semana, por la tarde, nos fuimos mi mujer y yo a por el Spectrum (un Issue A de 16K). Ese fin de semana no dormí. Paré el tiempo justo para comer y cenar. El domingo me había empollado totalmente el manual, dominaba el Basic del Spectrum y había decidido que no valía para nada (el Basic). La semana siguiente, me compré un libro de Steve Ciarcia: "Construya una microcomputadora basada en el Z80". Con ese libro, empecé a conocer el Z80 y su programación.

Meses después, volvíamos de comer en casa de mis padres y mi mujer iba mirando la sección de ofertas de empleo del periódico. Encontró un anuncio que decía algo así cómo "Se buscan personas que sepan programar el Sinclair ZX Spectrum". Me leyó el anuncio. Yo le dije:

· "Eso es que quieren vender algo".
· "De todas formas, podías escribir, no tienes nada que perder".
· "Bueno, ya veré"

 Ahí quedo la cosa durante esa semana, El fin de semana siguiente me dice ella:

· "¿Has escrito a lo del Spectrum?"
· " No, me había olvidado".
· "Venga, escribe, nunca se sabe lo que puede salir"

 Decidí que mucha gente habría contestado al anuncio y mi carta no podía ser una más, así que preparé un programa que, contenido en una cassette, cargaría la carta en la pantalla de un Spectrum, pero a 64 caracteres por línea. Envié la cassette y me olvidé del tema.

 Por aquel entonces, mi mujer ya estaba trabajando y nos cambiamos de casa. Los de Hobby Press (y concretamente Domingo que había sido el primero en contactar con ellos y José Ignacio le había encargado formar el equipo) se tiraron dos semanas intentando contactar conmigo. Finalmente, Domingo envió un telegrama a casa de mis padres: "Póngase urgentemente en contacto con editorial Hobby Press. Stop. Asunto Spectrum. Stop. Teléfono xxxxxxxx" Los de correos debieron pensar que éramos una especie de espías o algo así. Llamé al teléfono, quedé con él y me fui a la editorial.

 Cuando llegué, estaban allí Primi y él con un Spectrum destripado. Me fijé en lo que estaban haciendo (estaban preparando el artículo de hardware del nº 1) y les dije.

· "Hola. Vaya, ya era hora de que alguien se decidiera a poner por fin un Reset a este cacharro"
 Domingo contestó:
· "Tu debes ser Jesús Alonso"
· "Exacto".
· "Pues ya me estás contando cómo coño has conseguido sacar 64 caracteres por línea en el Spectrum".

 Lo que ocurrió a partir de ahí creo que ya es historia (con minúscula que tampoco somos tan importantes). Lo que sí me gustaría reproducir es una parte de esa primera conversación con Domingo que, para mi, marcó todo el desarrollo posterior de la revista.

 Domingo:
· "Estamos preparando una publicación quincenal sobre el Spectrum, se va a llamar S-15".
· "Ya existen otras revistas sobre el Spectrum".
· "¿Y qué?. La nuestra va a ser la mejor".
·
Desde entonces, cada vez que inicio un proyecto y alguien me plantea alguna duda, contesto con la frase de Domingo: "¿Y qué?. Lo nuestro va a ser lo mejor".

Años después, el responsable del departamento de Informática del sitio donde yo trabajaba era lector de la revista. Necesitaban alguien que supiera de Micros (eran una panda de Coboleros) y me ofreció un puesto de programador. Mi primer cometido fue desmontar un IBM 360 que había que dar de baja. Me quedé con unas cuantas placas de memorias de ferrita cómo recuerdo.

Ahora, trabajo cómo jefe de servicio de informática en la Dirección General de Vivienda del Ministerio de Fomento. Cómo veis, también el Spectrum condicionó mi vida.

Estoy seguro que todos tendremos alguna historia bonita que contar sobre nuestros inicios con el Spectrum. Sería bonito recopilarlas en una Web. El que nos diga que somos unos romanticones, peor para él.

Un abrazo. Jesús.

Nota del editor: Buceando en las profundas aguas de la historia, y gracias a nuestro Indiana Jones de "A la búsqueda del programa perdido", hemos encontrado la carta que Jesús envió a Microhobby.
Aquí la tienes en formato TAP: Carta de Jesús Alonso a Microhobby

Volver